Diario de Navidad
Este año me tocaba pasar las Navidades con mi padre. Su madre, era testigo de jehova, por lo que no pusimos ningún tipo de decoración.
El día de Nochebuena, fuimos a comer a la casa de mis tíos. Una vez comimos, hicimos un juego que acostumbramos hacer cada año antes de Navidad. Este juego consiste en comprar cualquier tontería y envolverla en las capas de papel de regalo que quieras. Cuando has envuelto todos los regalos se lanzan dados y el que tenga el número más grande empieza quitando papeles. La dificultad está en que los tienes que quitar con manoplas y encima, antes de que la persona de tu derecha saque dobles con los dados. Con lo cual si salen dobles se pasa al siguiente. Quién quita todos los papeles se queda con el regalo. A continuación, jugamos al bingo y por la noche (ya en casa de mi padre) cenamos nuestra comida favorita.
En Navidad, me despertó mi hermano y cuando fuimos al salón nos llevamos la sorpresa. De seguido, hice unas llamadas de felicitación y fuimos a la casa de mi madre. Allí también tuvimos regalos y como hacía tiempo que no la veíamos pasamos el día con ella.
En fin de año, pasé practicamente todo el día en la calle, ayudé a hacer la cena y por último me comí todas las uvas.
Finalmente, el día de Reyes como para mí es como otro cualquiera, lo aproveché para estudiar y hacer deberes.
¡Feliz 2018!
FUENTE DE LAS IMÁGENES
El día de Nochebuena, fuimos a comer a la casa de mis tíos. Una vez comimos, hicimos un juego que acostumbramos hacer cada año antes de Navidad. Este juego consiste en comprar cualquier tontería y envolverla en las capas de papel de regalo que quieras. Cuando has envuelto todos los regalos se lanzan dados y el que tenga el número más grande empieza quitando papeles. La dificultad está en que los tienes que quitar con manoplas y encima, antes de que la persona de tu derecha saque dobles con los dados. Con lo cual si salen dobles se pasa al siguiente. Quién quita todos los papeles se queda con el regalo. A continuación, jugamos al bingo y por la noche (ya en casa de mi padre) cenamos nuestra comida favorita.
En Navidad, me despertó mi hermano y cuando fuimos al salón nos llevamos la sorpresa. De seguido, hice unas llamadas de felicitación y fuimos a la casa de mi madre. Allí también tuvimos regalos y como hacía tiempo que no la veíamos pasamos el día con ella.
En fin de año, pasé practicamente todo el día en la calle, ayudé a hacer la cena y por último me comí todas las uvas.
Finalmente, el día de Reyes como para mí es como otro cualquiera, lo aproveché para estudiar y hacer deberes.
¡Feliz 2018!
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